Si tuvo COVID, quizá se pegunte si aún necesita vacunarse contra el COVID-19. Las personas que han sido infectadas con COVID-19 producen anticuerpos que ofrecen protección (o inmunidad natural) para infecciones futuras. Sin embargo, no todo el mundo desarrolla la misma respuesta inmune, y las investigaciones aún no son claras sobre qué tan fuerte o por cuánto tiempo dura la protección contra la inmunidad natural. Lo que está claro es que la inmunidad disminuye con el tiempo y que las vacunas, después de haber tenido una infección ofrecen una mejor protección.

Haber tenido una infección por COVID-19 en combinación con la inmunidad que ofrece la vacuna ofrece mayor protección.

Una investigación en Kentucky, que comparó a las personas que tenían COVID-19, encontró que aquellas que no se vacunaron tenían más del doble de probabilidades de volver a infectarse que las que estaban completamente vacunadas.

La investigación también sugirió que las personas que experimentaron casos leves o asintomáticos de COVID-19 pueden no haber desarrollado tantos anticuerpos como alguien que tuvo un caso más grave. Este estudio encontró una diferencia “sorprendente” entre las respuestas de anticuerpos y la neutralización de los pacientes hospitalizados en comparación con los pacientes ambulatorios.

La inmunidad natural disminuye con el tiempo

Debido a que las personas desarrollan una amplia gama de anticuerpos, es difícil saber qué defensa tiene alguien después de una infección. Lo que sí sabemos es que los anticuerpos, ya sean creados a partir de la vacunación o de una infección previa, disminuyen con el tiempo. Un estudio de 156 trabajadores de la salud que experimentaron casos leves de COVID-19 encontró que:

• El 94 por ciento de los participantes tenía menos anticuerpos después de aproximadamente dos meses, y
• El 28 por ciento ya no tenía suficientes anticuerpos para alcanzar a dar positivo.

Esto significa que cuanto más tiempo pasa después de la infección, más vulnerable es una persona de enfermarse con COVID-19.

La inmunidad a través de las vacunas es la opción más segura para desarrollar protección contra el COVID-19

La única forma de crear una copia de seguridad de esos anticuerpos es mediante una vacuna o infectarse nuevamente. Pero hay que recordar que infectarse con COVID-19 nos pone en riesgo de una hospitalización y también podría dañar sus pulmones, corazón, riñones, cerebro, e incluso provocar la muerte, ya que esta es una enfermedad que le ha quitado la vida a 1 de cada 463 estadounidenses desde enero de 2020. Incluso los casos leves pueden resultar en “casos de COVID prolongado” que duran con síntomas por meses.

Si se ha recuperado del COVID-19 o fue asintomático, la vacuna sigue siendo la mejor opción. Los CDC recomiendan que, si recibió tratamiento para el COVID-19 con anticuerpos monoclonales o plasma convaleciente, espere 90 días antes de recibir la vacuna contra el COVID-19.

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