
El COVID-19 puede dañar varias partes del cuerpo, pero la mayoría de las personas experimentan síntomas en el tracto respiratorio, como dolor de garganta, congestión nasal, tos o dificultad para respirar. Algunos de estos síntomas, específicamente la tos y la dificultad para respirar, se originan en los pulmones.
“Puede sentirse como un resfriado, o un resfriado fuerte”, dijo el doctor Gopal Allada, M.D., neumólogo de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregon (OHSU, por sus siglas en inglés).
Pero algunas personas experimentan dificultad para respirar o tos que persiste durante semanas. En casos extremos, alguien podría necesitar un ventilador para ayudarle a respirar. Entonces, ¿Cómo afecta el COVID-19 a los pulmones?
Anatomía pulmonar y respiración.
Los pulmones son órganos porosos que respiran oxígeno. Su función “principal es llevar oxígeno a nuestro cuerpo y deshacerse del dióxido de carbono, que son los desechos provenientes del escape del cuerpo”, dijo Allada.
Cada parte del cuerpo necesita oxígeno: el cerebro, el sistema digestivo, los órganos internos, los músculos y las articulaciones. Piense en su cuerpo como un automóvil que usa combustible para funcionar y “exhala” los desechos por su tubo de escape. Esos desechos, es decir, el dióxido de carbono (CO2), se crean en el torrente sanguíneo.
Dentro de nuestros pulmones hay millones de pequeños sacos de aire llamados alvéolos. Estos sacos están cubiertos de pequeños vasos sanguíneos llamados capilares. Cuando inhalamos, los sacos de aire se llenan de oxígeno, el cual viaja a través de las paredes de los sacos de aire hacia los capilares y hacia el exterior en el torrente sanguíneo del cuerpo.
Cuando exhalamos, sucede lo contrario. En lugar de que el oxígeno viaje a través del torrente sanguíneo, el CO2 se mueve desde el torrente sanguíneo hacia los sacos de aire, a través de los pulmones, la tráquea y sale por la boca.
Una infección por COVID-19 puede impedir que el oxígeno entre en el torrente sanguíneo y bloquea la salida del CO2. Esto dificulta la respiración y hace dificulta que el oxígeno llegue al resto del cuerpo.


El COVID-19, el sistema inmunológico y los pulmones
Cuando el virus COVID-19 infecta nuestras células, hace copias de sí mismo y las copias infectan más células. Es ahí cuando el sistema inmunológico de nuestro cuerpo entra en acción.
“Nuestros cuerpos tienen un gran sistema inmunológico innato que reconoce ‘Este es un bicho infeccioso y mi trabajo es crear una respuesta inmunológica’”, dijo Allada.
Entre otras respuestas inmunitarias, las células de los pulmones comienzan a crear mucosidad como barrera entre el virus y las células. Esta respuesta ayuda a eliminar algunos virus, pero también provoca síntomas como la tos. Otra respuesta inmunitaria es la inflamación, que ayuda a las células inmunitarias a llegar a los lugares donde ataca el virus.
Desafortunadamente, las respuestas inmunitarias también pueden causar daño.
“El sistema inmunológico hace lo que cree que es correcto, ayudando a atacar el virus”, dijo Allada. “Pero a veces la inflamación hace que los alvéolos se llenen de líquido”.
Cuando los sacos alvéolos se llenan de líquido, el oxígeno no puede llegar a la sangre y si los alvéolos continúan llenándose de líquido, esto puede provocar neumonía. Y demasiada mucosidad puede provocar tos persistente y bronquitis. Las personas que contraen COVID-19 pueden experimentar una tos persistente durante meses.
Si la neumonía progresa y los alvéolos se llenan de líquido, una persona puede desarrollar una condición extremadamente peligrosa llamada Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda (SDRA). Alguien con SDRA presenta tanta dificultad para respirar que necesita una fuente externa de oxígeno, como un ventilador. El SDRA puede ser fatal.
Mantenerse saludable
Los pulmones en buen funcionamiento son la única forma en que nuestro cuerpo puede recibir oxígeno, por lo que es importante protegerlos. Evite fumar o vapear y considere usar una máscara KN95 o N95 cuando esté en lugares con mucha, tanto en interiores como en exteriores.
La mejor manera de protegerse del COVID-19 es recibir todas las dosis recomendadas de vacunas y refuerzos si es elegible. Además, si tiene afecciones como enfermedad pulmonar crónica o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), puede ser elegible para tratamientos contra el COVID-19, como los antivirales o anticuerpos monoclonales.