
¡Alerta de ternura!
Un grupo de perritos labradores de 8 semanas visitó el Hospital Estatal de Oregon (OSH, por sus siglas en inglés) la semana pasada, jugando y brincando como solo los cachorros saben hacerlo. La visita fue parte de la asociación del hospital con Joys of Living Assistance Dogs (JLAD).
La organización sin fines de lucro con sede en Salem entrena perros de servicio y desde 2018 ha trabajado con OSH para darles a los pacientes la oportunidad de trabajar como entrenadores de perros, alistando cachorros para desempeñarse como perros de servicio de las personas que los necesitan.
Estas visitas permiten a los cachorros socializar y ayudar a desarrollar sus sentidos, una habilidad necesaria para que puedan distinguir los cambios en la química y el entorno de la persona que los necesita (vea el video a continuación).
Actualmente, tres pacientes de OSH están trabajando con perros de JLAD para prepararlos para su certificación como perros de servicio.
El programa de entrenamiento para perros es una de varias opciones que ofrecen entrenamiento laboral y salarios a los pacientes de OSH. Los pacientes llenan una solicitud y se entrevistan para este trabajo, tal como lo harían en la comunidad.

Ashley Rokusek, instructora de artes manuales de OSH, con el candidato a perro de servicio “Quinto”.
“Nos enfocamos en las habilidades transferibles y en el desarrollo de habilidades esenciales que ayudarán a las personas a tener éxito en la comunidad”, dijo Doug Anderson, director de OSH Vocación, Educación, Cuidado Espiritual, Recuperación de Igualdad, y Servicios Nativos. “Eso incluye llegar a tiempo, ser parte de un equipo y enfrentar los desafíos de trabajar en equipo, resolver problemas y comunicarse de manera efectiva”.
Actualmente, dos perros de JLAD están terminando su entrenamiento en OSH: Magic, un labrador Retriever de 9 meses, y Jasper, de 14 meses, una mezcla de Golden Retriever y Labrador.
Para cuando Magic y Jasper completen su entrenamiento, cada uno aprenderá más de 90 señales y comportamientos de entrenamiento para proporcionar movilidad y ayuda para el trastorno de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) de su humano. Las tareas de entrenamiento van desde presionar botones de puertas, buscar ayuda de otros humanos, ir a buscar medicamentos, interrumpir pesadillas y recoger objetos del suelo.
“Para los pacientes del hospital, hay mucha responsabilidad si el perro no tiene éxito en un ejercicio”, dijo Michaella Morris, entrenadora de perros certificada y especialista en capacitación y desarrollo de OSH. “Por ejemplo, el paciente tiene que pensar qué puede cambiar o hacer en ese momento para ayudar al perro a entender el ejercicio y tener éxito. El programa les enseña cómo resolver problemas y preparar al perro para la certificación. Los pacientes desarrollan metas para el entrenamiento. Se traduce en sus propios objetivos de recuperación y los pasos que deben seguir en su recuperación”.
“El hospital apoya la esperanza y la recuperación”, dijo Morris. “Estos perros brindan esperanza y recuperación a alguien en la comunidad”.